Y se despojó también de sus vestidos, y profetizó ante Samuel de la misma manera, y se acostó desnudo todo aquel día y toda aquella noche. Por eso dicen: ¿Está Saúl también entre los profetas?

Se acostó desnudo, es decir, despojado de su armadura y ropas exteriores, como los profetas parecen haberse despojado de sus ropas superiores en épocas de devoción extraordinaria (cf. Isaías 1:3 ; Isaías 20:2 ; Amós 2:16 ; Miqueas 1:8 : también Juan 21:7 ; Josefo, 'Antiquities', lib. 4:, cap. 3:, sec. 2; b. 8:, cap. 14:, sec. 7; también b. 11:, canal 5: seg. 8).

Así Dios, al hacer que la ira del hombre lo alabara, preservó la vida de todos los profetas, frustró todos los propósitos de Saúl y preservó la vida de Su siervo.

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