He cavado y bebido aguas extrañas, y con la planta de mis pies he secado todos los ríos de los lugares sitiados.

He cavado y bebido aguas extrañas. He aquí otro ejemplo de jactancia de haber superado las mayores dificultades e inconvenientes de la naturaleza. A pesar de atravesar países extranjeros, partes de los cuales se extendían en desiertos inhóspitos, donde se podría haber previsto que su ejército hubiera perecido de sed, con un trabajo hábil y bien aplicado había cavado en el suelo árido, y encontrado un suministro suficiente del líquido necesario.

Y con la planta de mis pies he secado todos los ríos de los lugares asediados. La metáfora se derivó probablemente del hecho familiar de un jardinero que abre arroyos de agua con su pie. Suponiendo que haya alguna realidad, o base de hecho, bajo esta figura grandilocuente, se puede suponer que significa que las fortalezas más fuertes habían sido tomadas por sus fuerzas, y que las ciudades defendidas por el curso circundante de amplios ríos fueron asaltadas con éxito, desviando las corrientes, de modo que los asaltantes, cruzando en seco los antiguos canales de esos arroyos, habían efectuado, en contra de las previsiones humanas, una fácil entrada en los "lugares asediados".

"[Pero maatsowr ( H4693 ), traducido como "lugares sitiados", es considerado por Gesenius (sub voce) y Bochart ('Hierezoicon,' parte 2:, lib. 5:, cap. 15) como el nombre propio de Egipto , y aparentemente del Bajo Egipto (llamado así, probablemente, por estar bien fortificado. Bochart, 'Phaleg.', 4:, 34).] En este sentido, la palabra aparece en ( Isaías 19:6 ; Miqueas 7:12 ).

Si Senaquerib hizo una invasión real en el Bajo Egipto, debe haber sido con el ejército de su padre Sargón. Porque los monumentos asirios no ofrecen evidencia de que él mismo procediera más contra los egipcios que Laquis, que en ese momento estaba bajo su jurisdicción. El lenguaje parece apuntar a las medidas enérgicas y políticas que había tomado Ezequías para tapar los pozos, fuentes y depósitos alrededor de Jerusalén (cf. 2 Crónicas 32:3 ; Isaías 22:9 ; Isaías 22:11 ; Josefo, 'Antigüedades', b. 6:, cap. 14:, sec. 5); a pesar de lo cual el orgulloso asirio se jactó de que no tenía miedo de necesitar un suministro de ese líquido esencial, o de verse obligado a buscarlo en fuentes distantes, ya que previamente había superado las mayores dificultades a ese respecto.

(Ver Rawlinson's 'Ancient Monarchies', 2:, p. 437, donde ese escritor establece como su opinión que el bloqueo de las fuentes en Jerusalén tuvo lugar en la primera expedición de Senaquerib. Y, sobre la naturaleza y extensión de la cambios realizados en ese momento en el suministro de agua, 'Holy City' de Williams, 2:, págs. 472-482, 'Biblical Researches' de Robinson, 1:, pág. 513, 'Tent and Khan' de Stewart, pág. 271; 'City of the Groat King' de Barclay, capítulo 10:, especialmente pág. 307; 'Lands of the Bible' de Wilson, 1:, pág. 493; 'Handbook' de Porter, pág. 135, sec. 47.)

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