Por lo cual el pueblo reprendió a Moisés, y dijo: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué me reprendéis? ¿Por qué tentáis a Jehová?

La gente reprendió a Moisés. La falta de agua era una privación cuya gravedad no podemos estimar, y era una gran prueba para los israelitas; pero su conducta en esta nueva ocasión era escandalosa: equivalía incluso a "una tentación a Jehová". Fue una oposición a su ministro, una desconfianza de su cuidado, una indiferencia a su bondad, una incredulidad en su providencia, una prueba de su paciencia y tolerancia paternal.

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