Comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el mismo día en que fue tomado arriba de entre nosotros, debe ser ordenado uno para ser testigo con nosotros de su resurrección.

A partir del bautismo de Juan , por quien nuestro Señor mismo fue bautizado y presentado a sus propios discípulos, reunidos sin otro fin que prepararlos para recibirlo.

Para el mismo día en que fue tomado arriba de entre nosotros, debe ser ordenado uno para ser testigo con nosotros de su resurrección. Puesto que doce hombres habían sido solemnemente apartados por el Señor de la Iglesia para la obra que ahora les esperaba, el apóstol juzga indispensable que sus filas, tan tristemente rotas, se completen antes de que llegue el tiempo para el comienzo de la trabaja.

Sin duda, la correspondencia de ese número con el número de las tribus de Israel (véanse las notas en Mateo 10:1 , Comentario 3) había sido observada mucho antes por ellos mismos, en cuyo caso considerarían la falta de uno como un grave, si no una brecha fatal. Los requisitos para el apostolado que aquí se establecen como indispensables son muy específicos y deben observarse cuidadosamente. No bastaba haber visto al Señor Jesús vivo después de su pasión: el candidato debía haber sido su seguidor constante desde el primero hasta el último, para que por su propio conocimiento personal pudiera estar capacitado para testimoniar esa vida pública que Su resurrección glorificada, y aquellas afirmaciones que estableció de manera concluyente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad