Hechos 2:9

Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,

Partos... En este versículo y los dos siguientes, probablemente tenemos la propia explicación del historiador sobre la pregunta de la multitud asombrada. Se observa que las diferentes nacionalidades, cuyas lenguas eran habladas por esos rudos galileos, se enumeran en un determinado orden geográfico. Comenzando con los partos, situados más al noreste, antiguamente la nación más poderosa del este, la lista pasa a los

medos - al oeste de ellos; de ellos va al

Elamitas - aquí significando los persas; después de ellos tenemos el

Habitantes de Mesopotamia , ubicada (como su nombre indica) entre los ríos Tigris y Éufrates. La siguiente categoría ha causado cierta dificultad: y en Judea. Dado que nadie se "asombraría" de que se hablara el idioma de Judea en la misma Judea, y la conexión geográfica entre Judea y los países mencionados inmediatamente antes y después no es muy estrecha, algunos leerían 'en Idumea' o 'Lidia' o 'India'. Sin embargo, como "Judea" es el texto que aparece en todos los manuscritos y versiones, no se debe permitir que la conjetura lo altere. La idea de Bengel y Meyer, de que aquí se hace referencia al dialecto judío como algo ajeno a estos galileos, es evidentemente una explicación deficiente. La explicación de Olshausen es al menos mejor: el historiador, escribiendo desde Roma, tenía en mente la posición de sus lectores romanos, para quienes la omisión del idioma de Judea mismo habría sido inexplicable, ya que su objetivo era mostrar cuántas lenguas diferentes hablaban estos galileos sin educación.

y Capadocia, en el Ponto. Después de llegar al sur en su lista, el historiador se eleva ahora a "Capadocia", en Asia Menor, y más al norte a "Ponto", aunque al sureste del Mar Negro.

Y Asia, que se refiere a Asia Proconsular o Romana, esa pequeña franja de Asia Menor cuya costa oeste está bañada por el mar Egeo y que casi se corresponde con Jonia, cuya capital era Éfeso.