Y no le dio heredad en ella, ni aun para poner un pie en ella; mas le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando aún no tenía hijo.

Y no le dio heredad en ella, ni aun para poner un pie en ella , porque, aunque compró la cueva de Macpela para un lugar de sepultura, el hecho de tener que comprarla sólo confirma la declaración de Esteban de que Dios no le dio, como regalo del cielo, ninguna herencia en ella.

Sin embargo, prometió que se la daría a él en posesión, y a su descendencia después de él, cuando aún no tenía hijo. Tanto la tierra como la simiente para heredarla eran, por lo tanto, al principio, materia de pura promesa, para ser aprehendidos por mera fe de parte de Abraham.

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