He aquí, la hora viene, sí, ya ha llegado, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y sin embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

He aquí, llega la hora ('llega la hora') en que seréis esparcidos, cada uno por su lado , [ eis ( G1519 ) ta ( G3588 ) idia ( G2398 )] - 'su propio [hogar'] como en Juan 19:27 , lo que antes dejó por amor a mí, como lo explica Bengel.

Y me dejará solo: y sin embargo no estoy solo. SAquí se expresa ciertamente un profundo y terrible sentido de injusticia, ¡pero qué amorosamente! Que Él no iba a ser completamente abandonado, que había Uno que no lo abandonaría, era para Él motivo de apoyo y consuelo inefable; pero el hecho de que estuviera sin todo semblante y aliento humano, siendo Él como Hombre exquisitamente sensible a la ley de la simpatía, llenaría a ellos mismos de tanta vergüenza cuando posteriormente se refirieran a ello, como al corazón del Redentor en Su hora de necesidad le llenó de un dolor punzante. "Busqué a alguien que tuviera compasión, pero no encontré a nadie; busqué consoladores, pero no hallé ninguno." ( Salmo 69:20 ).

Porque el Padre está conmigo , ¿cuán cerca y con qué poder sustentador, quién puede expresarlo?

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