Corrieron, pues, los dos juntos; y el otro discípulo corrió más que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

Corrieron, pues, los dos juntos: y el otro discípulo (siendo el más joven de los dos), corrió más rápido que Pedro , pero también el amor, tal vez proveyéndole alas más rápidas. ¡Qué vivaz es la mención de este pequeño detalle, y a tanta distancia de tiempo! Sin embargo, ¿cómo podría olvidarse el más mínimo detalle de tal visita?

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