Sabemos que Dios habló a Moisés; en cuanto a este, no sabemos de dónde es.

Sabemos que Dios habló [o 'habló' lelaleeken ( G2980 )] a Moisés: todo por este [compañero] - o simplemente, 'este [hombre]:' es el lenguaje del desprecio, aunque probablemente más afectado que real.

No sabemos de dónde es. El joven ya no necesitaba decir una palabra más; pero cada vez más audaz en defensa de su Benefactor, y sus puntos de vista iluminados por el mismo coraje que exigía, les explica cómo podían fingir incapacidad para saber si alguien que abrió los ojos de un hombre ciego de nacimiento era "de Dios" o "un pecador" desde arriba o desde abajo, y procede a argumentar el caso con notable poder.

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