Y las cosas santificadas de cada uno serán suyas; todo lo que alguno diere al sacerdote, suyo será.

Las cosas santificadas de cada hombre serán suyas, х wª'iysh ( H376 ) 'et ( H854 ) qaadaashaayw ( H6944 )]; Septuaginta, hekastou ta heegiasmena]. Lo más probable es que no se refiera a los sacrificios, ya sean voluntarios o con voto, sino a otras ofrendas votivas que no tienen carácter de sacrificio, como el diezmo o la consagración de una casa, etc.

La limitación de la afirmación a casos como éstos es obvia, porque estas ofrendas eran la porción de los sacerdotes, mientras que los sacrificios eran, en partes especiales, dedicados a Dios, mientras que el resto, reservando una porción sólo para el sacerdote, se entregaba al oferente.

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