Ustedes son los hijos de la luz. Es decir, hay poco peligro de ladrones durante el día, cuando hay luz. También vigila y ten armas para defenderte, la cota de malla de la fe; el yelmo de la esperanza: estás bajo la protección de Cristo, que murió por ti y por tu salvación. Véase San Juan Crisóstomo, pág. 293 y c. (Witham)

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