Esta reprimenda que ya le ha sido dada, puede ser suficiente, y quiero que lo perdone y lo consuele, no sea que sea ​​abrumado, y como si fuera tragado [1] y devorado por un exceso de dolor, de modo que por los artificios de Satanás, que que conocemos, se convierte en su mayor prejuicio. Escribí, y procedí de esa manera, para saber por experiencia, hasta qué punto eres obediente a mí ya los ministros de Cristo. (Witham)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad