Ninguna profecía de la Escritura se hace mediante interpretación privada; o, como los protestantes lo traducen del griego, es de interpretación privada, es decir, no debe ser expuesto por el juicio o el espíritu privado de nadie. (Witham) --- Las Escrituras no pueden ser expuestas apropiadamente por espíritu privado o fantasía, sino por el mismo espíritu con el que fueron escritas, que reside en la Iglesia.

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