Que el nombre de nuestro Señor, etc. El nombre de Dios es glorificado por la vida virtuosa de los cristianos, pero más especialmente por esa constancia y firmeza que manifiestan los fieles bajo las manos del verdugo. Es un acto de la más perfecta caridad, dar nuestra vida en defensa de sus verdades y la gloria de su nombre, y el testimonio más desinteresado de nuestra lealtad a él. Nada parecía más admirable que la constancia de los primeros cristianos, y nada contribuyó más a la conversión de los gentiles que la firmeza con que mantuvieron, incluso en la muerte, las verdades que les habían enseñado.

Porque, decían, esta religión es ciertamente cierta, ya que no hay nada que no estén dispuestos a sufrir en defensa de ella. (Calmet) --- Y tú en él, etc. Si los cristianos son instrumentales en la obtención de la gloria de Dios, que no se la atribuyan a sí mismos, sino solo a Dios, de quien proviene todo don. Si procuran su gloria ante los hombres, él en el día de la retribución final los vestirá con ropas de inmortalidad que nunca se desvanecen, en presencia de hombres y ángeles.

Si es glorioso para Dios ser adorado por siervos tan fieles, es mucho más glorioso para los cristianos ser recompensados ​​por tal Amo: porque es la gloria del siervo ser fiel a su amo, y la gloria del amo es recompensa a su siervo. (Estius, Grocio, Theophylactus, etc.)

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