Es Dios quien obra en ti tanto el querer como el realizar. No podemos tener una voluntad, ni comenzar, ni cumplir nada de nosotros mismos para obtener una recompensa en el cielo. (Witham) --- Nuestro libre albedrío no se nos quita, o no se nos debería mandar a trabajar; pero se agrega, con temor y temblor, dice San Agustín, que no estemos orgullosos de nuestras buenas obras. (De grat. Et de lib. Ab. Cap. Ix.)

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