obra en ti ; influyéndote por su Espíritu para que hagas lo que le agrada. Para ser salvos, los hombres deben trabajar en su propia salvación por la fe, el amor y la obediencia, como Dios lo ha dispuesto; y el hecho de que cada vez que se sienten inclinados a hacerlo, él obra en ellos, y así los influye para que se ocupen de su salvación, les da el mayor estímulo, sin demora, para dedicarse a esta obra.

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