Luego les muestra que Jesús era su Mesías, y el Hijo de Dios, engendrado de su Padre desde la eternidad, quien se levantó de entre los muertos, y aplica estas palabras (Salmo ii. 7.) para probar la resurrección de Cristo, tú eres mi hijo, hoy te he engendrado. Es cierto que estas palabras se refieren principalmente a la generación eterna de Cristo, como las aplica San Pablo (Hebreos v. 5), pero la resurrección fue una consecuencia necesaria de su divinidad, ya que la muerte no podía tener poder sobre él.

San Pablo aquí también prueba la resurrección de Cristo mediante las siguientes predicciones. (Witham) --- Segundo salmo. La copia más antigua dice, primer salmo. La diferencia está simplemente en palabras; porque la división del salterio en la actualidad es muy diferente de lo que era antes: a veces, un solo salmo nuestro se divide en muchos, y muchas de nuestras divisiones hacen una sola, según los hebreos. Estos últimos ni siquiera ahora están de acuerdo entre sí sobre la misma división de los salmos. (Calmet) --- Algunos suponen, que lo que llamamos el primer salmo originalmente fue considerado como un prefacio del salterio; otros, que nuestro primer y segundo salmos unidos en uno. (Mat. Polus.)

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