El gozo que sentirás por mi resurrección será siempre inalterable e incesante, porque allí te daré seguridades y pruebas de tu futura resurrección e inmortalidad. Así como habéis sido partícipes de mis trabajos, de mis ignominias y de mis dolores, así también participaréis de mi gloria, de mi resurrección y de mi bienaventuranza inmortal. He aquí, estos se elevarán a tu alegría eterna e inalterable. Esta es la opinión de San Juan Crisóstomo, San Cirilo, Teofilacto y otros.

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