Sé que viene el Mesías. De modo que incluso los samaritanos, en ese momento, esperaban la venida del gran Mesías. (Witham)

Ver 26. Jesús le dijo: Yo soy. A Cristo le agradó reconocer esta verdad en los términos más claros a esta mujer samaritana, habiendo dispuesto primero por sus palabras, y más por su gracia, su corazón a creerlo. (Witham)

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