Dícele la mujer: Yo sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga, nos declarará todas las cosas.

Dícele la mujer: Yo sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga, nos declarará todas las cosas. Si tomamos la revelación inmediata de nuestro Señor acerca de sí mismo, como respuesta a estas palabras, como la clave adecuada para su significado en su oído, difícilmente podemos dudar de que la mujer ya estaba prácticamente preparada para incluso este anuncio sorprendente, que de hecho ella parece haber comenzado a sospechar cuando Él la reveló a sí misma. Así de rápido, bajo la guía de un Maestro sin igual, ella fue elevada desde su condición decaída a un estado mental y un corazón capaces de recibir las revelaciones más nobles. Cuando ella dice del Mesías esperado que "les dirá todas las cosas".

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