Ahora se acerca el tiempo, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, sin estar confinados en ningún templo o lugar; y principalmente en espíritu, sin la multitud de sacrificios y ceremonias que incluso los judíos practican ahora. Dios mismo (quien es un espíritu puro) desea a estos adoradores, que serán enseñados por el Mesías. (Witham) --- Nuestro Señor le predice que pronto cesarán los sacrificios en ambos templos, dándole estas tres instrucciones: 1.

Que el verdadero sacrificio no se limite más a un lugar o nación, sino que se ofrezca en todas las naciones, según el de Malaquías; (i. 11.) 2. Que la adoración burda y carnal por la carne y la sangre de las bestias, no teniendo en ellos gracia, espíritu y vida, sea quitada, y tenga lugar otro sacrificio, que sea en sí mismo invisible, divino y lleno de vida, espíritu y gracia; 3.

Que este sacrificio sea la verdad misma, de la cual todos los sacrificios anteriores no eran más que sombras y figuras. Aquí llama espíritu y verdad lo que en el primer capítulo (versículo 17) se llama gracia y verdad. Ahora bien, esto no es más que una profecía y descripción del sacrificio de los fieles gentiles en el cuerpo y la sangre de Cristo; pues toda la adoración de la Iglesia católica es propiamente espiritual, aunque se le unan ciertos objetos externos, por razón del estado de nuestra naturaleza que lo requiere.

Tenga cuidado, entonces, de no deducir de las palabras de Cristo que los hombres cristianos no deben usar señales externas y oficios para con Dios; porque eso quitaría todo sacrificio, sacramentos, oraciones, iglesias y sociedades. &C. &C. (Bristow)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad