Porque mi yugo es dulce, etc. Porque aunque, en lo que respecta a nuestra naturaleza débil, sea un yugo muy pesado, sin embargo, la gracia de Dios lo hace fácil y ligero, porque nuestro Señor mismo nos ayuda a llevarlo, según el profeta Oseas, (Cap. , ver.4) Seré para ellos como el que quita el yugo de su cabeza. San Bernardo dice que nuestro Salvador endulza con la unción espiritual de su gracia todas las cruces, penitencias y mortificaciones de las almas religiosas.

San Agustín reconoce que antes de conocer el poder de la gracia, nunca pudo comprender qué era la caridad, ni creer que alguien pudiera practicarla; pero la gracia de Dios facilita todas las cosas. (Rodríguez, Sobre la mortificación. Cap. Xix.)

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