Si algún hombre vendrá. San Juan Crisóstomo, Eutimio y Teofilacto, muestran que estas palabras confirman el libre albedrío. No esperes, oh Pedro, que habiendo confesado que soy Hijo de Dios, serás coronado inmediatamente, como si esto fuera suficiente para la salvación, y que el resto de tus días los pases en la ociosidad y el placer. Porque, aunque por mi poder, como Hijo de Dios, quisiera librarte de todo peligro y angustia, no lo haré por tu bien, para que tú mismo contribuyas a tu gloria y te vuelvas más ilustre. (San Juan Crisóstomo, hom. Lvi.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad