Sepulcros blanqueados. Los judíos, para que no se contaminen tocando las sepuchres, las blanquearon por fuera para distinguirlas. Pero esta blancura exterior, que cubría la corrupción interior, era una imagen genuina del carácter farisaico. Pero estos hombres, dice San Gregorio, no pueden tener excusa ante el juez severo en el último día; porque, mientras muestran a la vista de la humanidad una apariencia de virtud tan hermosa, con su misma hipocresía demuestran que no ignoran cómo vivir bien.

(Moral. Xxvi.) --- Dime, hipócrita, ¿qué placer hay en la maldad? ¿Por qué no deseas ser lo que deseas aparecer? Lo que es bello parecer, es sin duda más bello ser. Sea, por tanto, lo que parece, o parezca lo que realmente es. (San Juan Crisóstomo)

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