Entonces Judas, ... arrepintiéndose. Un arrepentimiento infructuoso, acompañado de un nuevo pecado de desesperación, dice San León. (Witham) --- Al percibir que Jesús fue entregado, y al recordar lo que nuestro divino Salvador había dicho acerca de su resurrección, se arrepintió de su atroz maldad. Quizás Satanás, que lo ayudó e instó a que traicionara a su Maestro, lo abandonó, no porque hubiera logrado convencer al infeliz malvado de perpetrar lo que había deseado tan apasionadamente.

Pero, ¿cómo pudo Judas ver que Jesús estaba condenado? Ciertamente no lo vio, pero presagió en su desesperada mente cuál sería el evento. Pero algunos opinan que este pasaje se refiere al mismo Judas, quien luego se dio cuenta de su crimen y vio su condena inminente sobre su cabeza. (Orígenes) --- Porque el diablo no cega a sus agentes de tal manera que los deje insensibles del crimen que están a punto de cometer, hasta que sea perpetrado.

(San Juan Crisóstomo) --- Aunque Judas concibió horror por su crimen, lo confesó y se sintió satisfecho hasta cierto punto al restaurar el dinero, faltaban muchas condiciones esenciales para su arrepentimiento: 1. Fe en Cristo, como Dios, como redentor, como único justificador del pecado; 2. además de esto, también había esperanzas de perdón, como en Caín, y el amor de un Dios muy herido y muy ofendido.

De ahí que su dolor fuera inútil, como el de los condenados. Si Judas, dice un padre anciano, había recurrido al arrepentimiento sincero y no al cabestro, había misericordia reservada incluso para el traidor. (Haydock)

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