Esto debe entenderse en sentido figurado, que debemos evitar toda ostentación en el desempeño de nuestras buenas obras. Muchos autores respetables opinan que era costumbre entre los fariseos y otros hipócritas, reunir a los pobres que tenían la intención de aliviar con el sonido de la trompeta. (Menochius) --- Evitemos la vanagloria, el agradable saqueador de nuestras buenas obras, el agradable enemigo de nuestras almas, que nos presenta su veneno bajo la apariencia de miel. (San Basilio)

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