Si Dios parece dormir, con los apóstoles, debemos acercarnos más a él y despertarlo con nuestras repetidas oraciones, diciendo: "Señor, sálvanos o pereceremos". (Haydock) --- Si nuestro Salvador hubiera estado despierto, los discípulos habrían tenido menos miedo, o menos sensibles a la falta de su ayuda: por eso durmió, para estar mejor preparados para el milagro que estaba a punto de obrar. (San Juan Crisóstomo, hom. Xxviii.)

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