San Pablo incluso estaba ansioso por ir y dar la palabra a los romanos. De ahí que Mat. Polus, en sus reflexiones sobre este verso, pone las siguientes palabras en boca del Apóstol: Lucifuga non sum: ostendi id Antiochiæ, Athenis, Ephesi et Corinthi: paratus sum & in illa splendidissima urbe Roma ostendere.

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