Lo que se conoce de Dios. O puede ser fácilmente conocido por Dios, se manifiesta en ellos. La luz de la razón les demuestra la existencia de un solo Dios, creador y preservador de todas las cosas. Esto se les da a conocer a partir de la creación del mundo, o de las criaturas en el mundo: el Creador puede ser descubierto por las criaturas, y como dice aquí San Juan Crisóstomo, todo escita, todo bárbaro, puede llegar al conocimiento de Dios por la maravillosa armonía [3] de todas las cosas, que proclama la existencia de Dios más fuerte que cualquier trompeta; pero habiéndolo conocido, no lo glorificaron; actuaron en contra de su conocimiento, abandonándose a la idolatría y al vano culto de muchos dioses, ya toda clase de vicios y abominaciones contra la luz de la razón. (Witham)

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