Entre el día, etc. Aún observando los sábados y las fiestas de la ley. (Challoner.) --- Y otro juzga todos los días. Es decir, piensa que todos los días se quitan, que se deben guardar, simplemente porque lo ordena la ley judía. Y ahora, tanto los que guardan los días como los que no los guardan; y los que comen o se abstienen, hacen estas cosas teniendo en cuenta a Dios y según su conciencia, que nadie juzgue ni condene a una parte ni a la otra; en estas cosas, que cada uno abunde en su propio sentido.

Es infundado que algunos pretendan de ahí que los cristianos no pueden estar obligados a ayunar o abstenerse de comer carne en ciertos días. El apóstol habla sólo de la distinción de carnes, llamadas limpias e inmundas, y de ayunos o fiestas propias de la ley de Moisés. De ahí no se sigue que la Iglesia Católica no tenga poder para ordenar días de ayuno y abstinencia, por abnegación o humillación.

(Witham) --- El apóstol aquí trata solo del tema en cuestión, a saber. las distinciones mosaicas de carnes limpias e inmundas: y en esto permite, por ahora, que cada uno siga su propio juicio privado. San Juan Crisóstomo observa que San Pablo no deseaba que los débiles se dejaran a su propio juicio en esto, como en un punto sin importancia; pero que deben esperar un tiempo. A los conversos no se les prohibieron de inmediato sus prácticas habituales, pero fueron toleradas en ellas por un tiempo, hasta que fueron plenamente instruidas.

Esto lo vemos en muchos de los conversos en Jerusalén, quienes todavía eran observadores de las ordenanzas mosaicas; esto fue tolerado, para que la sinagoga fuera enterrada con honor. (Estius)

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