Si un hombre peca contra otro, el juez lo juzgará; en caso de transgresiones entre los hombres, Dios, como Juez principal, juzga el asunto a través del gobierno instituido por Él; pero si un hombre peca contra el Señor, quien rogará por él, en ese caso nadie puede actuar como intercesor. No obstante, no escucharon la voz de su padre, sus suaves reproches, porque el Señor los mataría, habían ido tan lejos en pecar deliberadamente que se habían vuelto obstinados, estaban en camino a la perdición.

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