Si un hombre peca contra otro, el juez lo juzgará; pero si alguno peca contra el SEÑOR, ¿quién rogará por él? Sin embargo, no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR los mataría.

Ver. 25. Si un hombre peca contra otro. ] El magistrado o árbitro puede compensar la diferencia en tal caso, y volver a armarlos, si no son implacables y si su corazón no es más grande que sus palos.

Pero si un hombre peca contra el Señor, ] es decir, directamente en lo que concierne a su servicio, y con el propósito de ofenderlo. Lev 15:30 Saúl mató a los sacerdotes para vengarse del Señor, que había creado a David.

¿Quién rogará por él? ] ¿Quién será su jornalero? Quid ergo si iacerdos ipse peccet? &C. ¿Cuál es entonces si el mismo sacerdote, cuya oficina es la de ofrecer el sacrificio, y para interceder por otros, caer en delitos falta, como Cipriano una grave argueth, ya que los medios de expiación es por lo tanto pervirtieron y se los llevaron? No leo en las Escrituras acerca de la conversión de un hipócrita; y que maravilla porque mientras que después del pecado, la conversión queda como un medio para curar todos los demás pecados, ¿qué medios para recuperar al que se ha convertido en pecado?

Sin embargo, no escucharon la voz de su padre. ] Quién, por tanto, debería haberlos expulsado del sacerdocio, como el padre de Marción, un obispo piadoso, lo expulsó de la Iglesia por fornicación.

Porque el Señor los mataría. ] Dios les quitó su gracia y los entregó a un corazón endurecido que no podía arrepentirse, para que perecieran en sus corrupciones. Este texto no hace nada en absoluto para los novacianos, que negaron el perdón al penitente. b Estos pecadores contra sus propias almas perecieron por su pertinencia, o más bien por su obstinación en las malas prácticas.

a Lib. I. epist. 3.

b Amb., lib. I. De Paenit., Cap. 8.

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