No permitas que tu boca haga pecar tu carne, porque la naturaleza sensual del hombre es estimulada por los pecados de la lengua; ni tú ante el ángel, ante el sacerdote, como representante del Señor, que fue un error, el objeto era escapar de las consecuencias de un voto incumplido; ¿Por qué se enojará Dios con tu voz, que así se ha hecho culpable de mentir, y destruirá la obra de tus manos? El castigo de Dios, en un caso de este tipo, se manifiesta no solo en el fracaso de las empresas, sino también en el derrocamiento de proyectos ya establecidos.

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