Seguramente la opresión, varias formas de tiranía practicadas por los necios en lugares altos y bajos, enloquecen al sabio, ya sea haciéndolo cuestionar la sabiduría de la providencia de Dios o llevándolo a alguna transgresión mediante la cual busca venganza; y una ofrenda, un soborno ofrecido al sabio, destruye el corazón, de modo que incluso él cede a la corrupción.

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