Dios ha provisto algo mejor para nosotros, para que ellos sin nosotros no sean perfeccionados.

A este respecto, los creyentes de la antigüedad sirven como excelentes ejemplos: Y todos estos, aunque fueron testificados por la fe, no recibieron la promesa, pues Dios nos había provisto algo mejor, que sin nosotros no serían perfeccionados. Es cierto, en verdad, que estos héroes del Antiguo Testamento son excelentes ejemplos; Dios mismo dio testimonio a favor de ellos de que su fe era del tipo genuino que Él espera de todos los hombres que lo confiesan.

Su salvación, por tanto, será tan perfecta como la de cualquiera de los cristianos del Nuevo Testamento. Y, sin embargo, el escritor inspirado dice que Dios nos ha proporcionado algo mejor; porque, mientras que todos estos creyentes de los que él ha escrito vivían en el tiempo del tipo y la profecía, nosotros los cristianos vivimos en el tiempo del cumplimiento. Nuestro conocimiento de Cristo no se obtiene de figuras y signos y sacrificios, pero tenemos el relato completo de su vida, su ministerio, su pasión, su muerte, su resurrección y ascensión a la diestra del poder: tenemos la revelación perfecta de el Hijo, en Su pacto perfecto y Su sacrificio perfecto.

Ciertamente, si la fe de los patriarcas y profetas y de todos los verdaderos israelitas de la antigüedad fue tan firme y firme, ¡cuánto más nosotros, a quienes Dios ha dado la revelación perfecta, deberíamos ser ejemplos de fe para todos los hombres!

Resumen

El autor inspirado da una breve definición de fe, citando el ejemplo de los patriarcas y de muchos de los profetas y reyes del Antiguo Testamento en corroboración de las verdades ofrecidas, como una incitación a los cristianos del Nuevo Testamento.

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