Aullad, pastores, reyes y gobernantes de la tierra, y clamad y revolcaos en las cenizas, como señal de gran dolor, principales del rebaño, los fuertes, los nobles, los ricos del pueblo; porque los días de tu matanza y de tu dispersión se han cumplido, más bien, "Y yo te esparzo, de modo que una parte del rebaño sea dispersada, la otra parte sacrificada"; y caeréis como vaso delicioso , como delicada pieza de barro, para ser completamente hecho añicos.

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