Él contempla todas las cosas elevadas, mirándolas con valentía a la cara, sin el menor estremecimiento; es un rey sobre todos los hijos del orgullo, un tirano y gobernante incluso en medio de los animales que no tienen miedo. Siendo esto cierto, y siendo el hombre impotente para controlar a esta criatura, ¿cómo se atreve a criticar al gran Creador?

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