Y el Señor estaba con Judá en esta campaña de rápida destrucción; y expulsó a los habitantes de la montaña, donde el valor personal y la fuerza eran los factores principales en la batalla; pero no pudieron expulsar a los habitantes del valle, porque tenían carros de hierro. Cuando se trató de una contienda con estos motores de destrucción, la fe de los soldados de Judá les falló, lo que les hizo abandonar el deber de obtener el dominio completo de la tierra.

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