a cuyos ojos se desprecia el vil, que desprecia y rechaza a los reprobados a los ojos de Jehová, rehuyendo su compañía en todo momento; pero él honra a los que temen al Señor, en todo sentido ansioso por agradarlos, para mostrarles su aprecio por su compañerismo. El que jura para su propio daño, manteniéndose firme en los juramentos o votos hechos por él, incluso si eso significa una pérdida para él, Levítico 5:4 ; Levítico 27:10 , y no cambia, dejando que la verdadera piedad gobierne toda su vida y todas sus acciones.

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