Moisés castiga a los idólatras y ora por el pueblo

Éxodo 32:25

El corazón de Moisés estaba lleno de esa maravillosa nueva palabra, expiación . Durante muchos días, Jehová le había estado hablando de ello. Pero parecía sentir que en esta ocasión, la sangre de machos cabríos y toros no podía servir para acabar con la negra transgresión de su pueblo. Entonces surgió en él la noble determinación a la que dio expresión, cuando regresó por el camino trillado a la cumbre del Sinaí.

Su voz estaba muy rota cuando comenzó a suplicar. Marque esa oración inconclusa: "Si perdonas su pecado, yo". Fue detenido por un estallido de emoción incontrolable. ¿Podemos terminarlo? “Si perdonas, actuarás dignamente de ti mismo y nos unirás a ti para siempre; pero si no, y si la sangre de las bestias no sirve, ¡déjame ser su sacrificio expiatorio y bórrame de tu libro! " Ver Romanos 9:1 , rv.

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