Espere pacientemente la venida del Señor

Santiago 5:1

Hay muchos entre los ricos que están usando el dinero como un fideicomiso sagrado. No contra ellos pronuncia el Apóstol sus terribles anatemas, sino contra aquellos que hacen dinero mediante la opresión y lo atesoran para sus fines egoístas. Las riquezas, que no se han obtenido con rectitud, siempre traen consigo una maldición; y el óxido de la riqueza no utilizada o mal utilizada se come no sólo el metal sino también la carne del avaro. A la luz de este pasaje, es un error tan grande acumular para fines egoístas el dinero confiado como mayordomía, como lo es obtenerlo injustamente.

En cierto sentido, el Señor está siempre a mano y presente. Pero vendrá de nuevo al final de esta era. Entonces todos los males serán enmendados y los oprimidos serán vengados. Todo le llega a quien puede esperarlo; no juzgues al Señor por su obra inconclusa. Ten paciencia hasta que Él revele el modelo perfecto en gloria. ¡Espera el fin del Señor !

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