Durante el reinado de Nabucodonosor, Daniel obtuvo el favor y el poder. El rey parece haber quedado impresionado por la gente que había conquistado. Deseaba que algunos de los más selectos de sus jóvenes fueran incluidos entre sus propios servidores confidenciales.

Entre los seleccionados había cuatro especialmente nombrados, entre los que se encontraba Daniel. Fueron apartados para entrenamiento y preparación para sus deberes oficiales. Esta formación duró tres años. Tenían una atención física especial, y su comida y bebida se suministraban desde la mesa del rey.

Daniel de inmediato manifestó su fortaleza de carácter al proponerse abstenerse de la carne y el vino del rey. Fue cortés, pero le pidió a Tor una prueba de diez días. La prueba justificó su propósito, y a él y a sus amigos se les permitió continuar con su entrenamiento. Al final de ese entrenamiento, fueron presentados a Nabucodonosor, fueron aprobados por él y asignados a puestos en el reino.

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