Segunda proclamación de Pedro al pueblo (3: 12-26).

Como en su primer mensaje, Pedro primero se refiere al pasado, pero esta vez es al 'Dios de Abraham, Isaac y Jacob', los que habían recibido de Dios la promesa de bendición (compare con Hechos 3:25 ). Quiere que la gente sepa que no trae ningún dios nuevo. El Dios de Jesús es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el que liberó a su pueblo de Egipto ( Éxodo 3:6 ).

Luego pasa a describir a Jesús como el Siervo de Dios al que se refiere Isaías, quien había venido y había sido rechazado por ellos ( Isaías 50:4 ) y había sido asesinado ( Isaías 53:1 ), y se refiere a las Escrituras que, por lo tanto, ahora se han cumplido, declarando que Él es el Mesías, y les pide que se arrepientan para que Dios pueda entonces darles el eterno Reinado de Dios a través de Su Mesías Jesús.

Termina confirmando que Jesús es el gran Profeta esperado de Dios a quien deben escuchar, y Su Siervo que puede librarlos del pecado. Quiere que se sepa que todo lo que está diciendo está en consonancia con la enseñanza de los profetas.

Pero habiendo subrayado el acuerdo central del contenido de los dos discursos, también debemos reconocer sus diferencias esenciales. Para los dos mensajes, tome dos líneas de argumento diferentes y refiérase a diferentes Escrituras para probar diferentes puntos. A diferencia de Hechos 2 aquí no hay ningún intento de probar la resurrección a partir de las Escrituras.

Más bien, el énfasis está en el hecho de las profecías sobre el sufrimiento de Jesús y las que prometen la bendición de Abraham. Aquí Su mesianismo está relacionado con el Siervo de Dios en Isaías más que con David, quien no se menciona excepto por implicación. Sin embargo, el mensaje general es incuestionablemente el mismo, como esperaríamos si ambos fueran escritos por Pedro.

El cambio es oportuno. En el primer discurso, a la luz de la experiencia de Pentecostés, se manifestó el aspecto regio. El Rey estaba en Su trono. Él era el Señor y el Mesías. Pero aquí, a la luz de la debilidad y necesidad del hombre, es el aspecto del Siervo el que brilla a través de la idea de Aquel que había venido entre los hombres para servir. Cada discurso encaja admirablemente en su ocasión.

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