1 Corintios 13:5

Fidelidad individual.

I. Ningún trabajador sincero de Dios se queda mucho tiempo sin nada que hacer; porque los caminos y las obras de Dios son muy variados. Marta trabaja de una manera mientras provee a su Señor, María de otra mientras escucha humildemente a Sus pies. Savonarola sirve a su Señor de una manera con sus poderosos truenos; Fra Angelico en otro con sus dibujos suaves. El hombre con un talento puede servir a Dios de manera más loable y fiel que el que tiene cinco.

II. Esta fidelidad nos incumbe a todos. No penséis que para cumplir con nuestro deber en la vida, para devolverle a Dios algo mejor que el polvo desmoronado de los cuerpos corruptos y la lepra de las almas enanas y menguantes, necesita, de nuestra parte, cualquier teatro magnífico, cualquier esfuerzo sobrehumano, cualquier eminencia inalcanzable. . No es así: sólo hay que recorrer el tranquilo caminar con Dios, al que todos estamos comprometidos con el bautismo.

Lo externo no nos salvará; ni ayuno ni fiesta, ni servicio, ni respetabilidad general, ni escrupulosidad religiosa, ni inclinar la cabeza como una espadaña, ni decir "Señor, Señor"; nada nos servirá sino la vida de obediencia que es la verdadera prueba del penitente perdonado.

III. Sin duda alguna, es el descuido en cuanto a los deberes individuales lo que hace que el mundo sea lo que es. Es el descuido que proviene de la pecaminosidad personal y la falta de sinceridad personal de millones. Para los corazones una vez purificados de sí mismos y tocados por la gracia de Dios, nada es más valioso que ayudar a las inmensas y pisoteadas multitudes de la tierra salvando las almas por las que Cristo murió. Solo se nos ha dado una vida, pero un segundo, es decir, en la eternidad de Dios, pero se vuelve majestuoso como parte de un gran todo viviente, y toda vida verdadera es solo una vida verdadera en la medida en que es la continuación. de la gran vida de amor, cuyo único objetivo era buscar y salvar a los perdidos.

FW Farrar, Christian World Pulpit, vol. xxxi., pág. 113.

Referencias: 1 Corintios 13:5 . Preacher's Monthly, vol. ii., pág. 250. 1 Corintios 13:5 ; 1 Corintios 13:6 . HW Beecher, Christian World Pulpit, vol. xvi., pág. 11; Ibíd., Vol. xxiii., pág. 394.

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