Gálatas 4:18

Se recomienda el celo cristiano.

I. El celo puede definirse como el calor o el fervor de la mente, que incita su vehemencia de indignación contra todo lo que concibe como incitación al mal, su vehemencia de deseo hacia todo lo que imagina que es bueno. En sí mismo no tiene ningún carácter moral. Es el simple instinto de naturaleza enérgica, nunca despojado por completo de cierta nobleza grosera y nunca desprovisto de influencia sobre las vidas y el carácter de los demás.

El celo en sí mismo no es moralmente excelente ni moralmente reprochable, y se convierte en celo cristiano sólo cuando surge de un motivo cristiano, cuando se muestra de una manera cristiana, cuando se usa con fines cristianos. El gran motivo constreñidor del celo cristiano, como de cualquier otra gracia o energía santificada, es el amor de Dios derramado en el corazón y encender un amor puro, desinteresado y fraterno hacia el prójimo.

Todo verdadero celo cristiano lleva esta marca. El objetivo principal del celo cristiano será la difusión de la religión de Jesús, que es el gran vínculo que cimenta aquí todas las relaciones sociales y que las une en una comunión más elevada con la hermandad del cielo.

II. La esencia de la advertencia del Apóstol radica en esto: "Es bueno estar siempre celosamente afectado por lo bueno". Los gálatas en presencia del Apóstol eran cálidos y extravagantes en sus profesiones de apego tanto a él mismo como a la causa a la que había dado su vida; pero necesitaban su presencia. Necesitaban su presencia para evitar que sus afectos volvieran a la indiferencia, es más, no sólo a la indiferencia, sino a la oposición, inveterada en proporción a su antiguo entusiasmo.

Por tanto, les recuerda que el celo, para ser valioso, debe ser permanente; que no debe basarse en la arena movediza de las circunstancias favorables, sino en una convicción bien fundamentada que, como una roca, será granito para la tormenta y granito para el sol.

III. Note la utilidad del celo cristiano: "Es bueno". No se le puede dar mayor alabanza. Donde el corazón conserva el ardor de la devoción, conservará el ardor de la empresa y siempre trabajará por los mejores intereses de los hombres.

WM Punshon, Penny Pulpit, Nueva Serie, No. 14.

Referencias: Gálatas 4:19 . RF Horton, Christian World Pulpit, vol. xxxv., pág. 71; HW Beecher, Plymouth Pulpit Sermons, quinta serie, pág. 7. Gálatas 4:20 . G. Brooks, Outlines of Sermons, pág. 379. Gálatas 4:22 .

Homilista, vol. i., pág. 405. Gálatas 4:23 . Revista del clérigo, vol. xii., pág. 143. Gálatas 4:24 . Spurgeon, Sermons, vol. ii., núm. 69; J. Edmunds, Sixty Sermons, pág. 130. Gálatas 4:25 ; Gálatas 4:26 . B. Jowett, Christian World Pulpit, vol. xxiii., pág. 385.

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