Gálatas 4:1-31

1 Digo, además, que entre tanto que el heredero es niño en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;

2 más bien, está bajo guardianes y mayordomos hasta el tiempo señalado por su padre.

3 De igual modo nosotros también, cuando éramos niños, éramos esclavos sujetos a los principios elementales del mundo.

4 Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

5 para que redimiera a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.

6 Y por cuanto son hijos, Dios envió a nuestro corazón el Espíritu de su Hijo que clama: “Abba, Padre”.

7 Así que ya no eres más esclavo sino hijo; y si hijo, también eres heredero por medio de Dios.

8 Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habían conocido a Dios, sirvieron a los que por naturaleza no son dioses.

9 En cambio, ahora que han conocido a Dios o, mejor dicho, ya que han sido conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a los débiles y pobres principios elementales? ¿Quieren volver a servirlos otra vez?

10 ¡Ustedes guardan los días, los meses, las estaciones y los años!

11 Me temo por ustedes, que yo haya trabajado en vano a su favor.

12 Les ruego, hermanos, que se hagan como yo, ya que yo me hice como ustedes. No me han hecho ningún agravio.

13 Saben que fue a causa de una debilidad física que les anuncié el evangelio la primera vez;

14 y lo que en mi cuerpo era prueba para ustedes, no lo desecharon ni lo menospreciaron. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.

15 ¿Dónde está, pues, su bienaventuranza? Porque les doy testimonio de que, si hubiera sido posible, se habrían sacado sus ojos para dármelos.

16 ¿Resulta que ahora me he hecho su enemigo por decirles la verdad?

17 Ellos tienen celo por ustedes, pero no para bien; al contrario, quieren aislarlos para que ustedes tengan celo por ellos.

18 Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con ustedes.

19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes,

20 yo quisiera estar ahora con ustedes y cambiar el tono de mi voz porque estoy perplejo en cuanto a ustedes.

21 Díganme los que quieren estar bajo la ley: ¿No escuchan la ley?

22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.

23 Pero mientras que el de la esclava nació según la carne, el de la libre nació por medio de la promesa.

24 En estas cosas hay una alegoría pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud.

25 Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos.

26 Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre;

27 porque está escrito: Alégrate, oh estéril, que no das a luz; prorrumpe en grito de júbilo y levanta la voz, tú que no estás de parto; porque más son los hijos de la desolada que los de la que tiene marido.

28 Ahora bien, hermanos, ustedes son hijos de la promesa tal como Isaac.

29 Pero como en aquel tiempo el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también.

30 Pero, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo; porque jamás será heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

CONTINUACION DEL MISMO TEMA: NUESTRA SUJECION A LA LEY HASTA LA LLEGADA DE CRISTO, SE ILUSTRA POR LA SUJECION DE UN HEREDERO A SU TUTOR HASTA SU MAYORIA DE EDAD. LA BENEVOLENCIA DE PABLO HACIA LOS GALATAS DEBERIA INDUCIRLOS A MOSTRAR LA MISMA BENEVOLENCIA QUE LE HABIAN MOSTRADO PRIMERO. SE DEMUESTRA QUE ES INCONSECUENTE CON LA LIBERTAD EVANGELICA, EL DESEO DE ELLOS DE ESTAR BAJO LA LEY.

1-7. El hecho de que Dios enviara a su Hijo a redimirnos a nosotros que estábamos bajo la ley (v. 4), y que enviase el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones (v. 6), confirma la conclusión (cap. 3:29) de que somos los “herederos conforme a la promesa”. Entre tanto que el heredero—(Cap. 3:29). No es, como en las herencias terrenales, la muerte del padre, sino simplemente la voluntad soberana de nuestro Padre celestial, lo que nos hace herederos. es niñogriego, “uno menor de edad”. en nada difiere del siervo—Es decir, no tiene más libertad que un esclavo (así quiere decir el griego que se traduce por “siervo”). aunque es Señor de todo—por título y posesión legítima (comp. 1 Corintios 3:21).

2. está debajo de tutores y curadores—Más bien, “guardianes (de la persona) y mayordomos” (de la propiedad). Esto corresponde al hecho de que “la ley fué nuestro ayo” o “tutor” (cap. 3:24). hasta el tiempo señalado por el padre—en sus propósitos eternos (Efesios 1:9). El griego es un término legal que expresa un tiempo definido por la ley, o disposición testamentaria.

3. nosotros—los judíos primeramente, e inclusive los gentiles, ya que el “nosotros” en el v. 5 claramente se refiere a ambas clases de creyentes. Los judíos en su esclavitud a la ley de Moisés, como pueblo representativo del mundo, incluyen a toda la humanidad como virtualmente responsable a la ley de Dios (Romanos 2:14; comp. cap. 3:13, 23, Notas). Aun los gentiles estaban bajo “esclavitud” y en un estado de disciplina propia de los menores de edad, hasta que vino Cristo el Emancipador. cuando éramos niños, éramos siervosgriego, “estábamos esclavizados” (v. 1). bajo los rudimentos del mundo—Bajo la enseñanza religiosa rudimentaria de un carácter no cristiano: las lecciones elementales de cosas exteriores (lit., “del mundo” exterior), tales como las ordenanzas legales mencionadas, v. 10 (Colosenses 2:8, Colosenses 2:20). Las lecciones de nuestra niñez. [Conybeare y Howson]. Lit., Las letras del alfabeto (Hebreos 5:12).

4. Mas venido el cumplimiento del tiempo—Es decir, “el tiempo señalado por el Padre” (v. 2). Véanse Notas, Efesios 1:10; Lucas 1:57; Hechos 2:1; Ezequiel 5:2. “La iglesia tiene sus edades propias”. [Bengel]. Dios no hace nada antes del tiempo debido, sino que, previendo el resultado desde el principio, espera hasta que todo esté maduro para la ejecución de su propósito. Si Cristo hubiera venido inmediatamente después de la caída, la enormidad y los frutos mortales del pecado no habrían sido debidamente entendidos por el hombre de modo que sintiera su estado de desesperación y su necesidad de un Salvador. El pecado ya estaba plenamente desarrollado. La incapacidad del hombre de salvarse a sí mismo por la ley, fuese la de Moisés o la de la conciencia, fué completamente manifestada; todas las profecías de los diferentes siglos hallaron su centro común en este tiempo particular; y la Providencia, por medio de varios ajustes en el mundo social y político, como también en el moral, había preparado perfectamente el camino para el Redentor que venía. Dios frecuentemente permite el mal físico por mucho tiempo, antes de revelar el remedio. Por mucho tiempo la viruela hacía sus estragos, antes que fuera descubierta la inoculación y luego la vacuna. Fué esencial para que la ley de Dios fuese honrada, el permitir el mal por largo tiempo, antes que él revelara el remedio completo. Véase “el plazo es llegado” (Salmo 102:13). Dios envió su HijoGriego, “Envió de entre (el cielo) de parte de (sí mismo) [Alford y Bengel]. El mismo verbo se usa para expresar el envío del Espíritu (v. 6). Así en Hechos 7:12. Véase con este versículo, Juan 8:42; Isaías 48:16. su Hijo—el posesivo es enfático; “su propio Hijo”. No por adopción, como lo somos nosotros (v. 5); ni meramente su Hijo por la unción del Espíritu que Dios envía al corazón de los hombres (v. 6; Juan 1:18). hecho de mujer—El término “hecho” se usa como en 1 Corintios 15:45, “El primer hombre Adam fué hecho alma viviente”. Griego, “hecho para nacer de mujer”. La expresión da a entender una interposición especial de Dios en el nacimiento de Jesús como hombre, haciendo que fuese concebido del Espíritu Santo. Así opina Estio. hecho súbdito a la ley—“hecho para estar bajo la ley”. No meramente como explican Grocio y Alford, “Nacido súbdito a la ley como judío”. Mas “hecho”, por arreglo del Padre y por su propia voluntad libre, “súbdito a la ley”, para cumplirla por nosotros perfectamente, en sus aspectos ceremonial y moral, como el Hombre Representativo, y para sufrir y agotar la plena penalidad de toda nuestra raza por la violación de la ley. Esto constituye el significado de su circuncisión, su presentación en el templo (Lucas 2:21, Lucas 2:27; compárese Mateo 5:17), y de su bautismo por Juan, cuando dijo (Mateo 3:15): “Así nos conviene cumplir toda justicia”.

5. Para que redimiese a los que estaban debajo de la ley—Primeramente a los judíos; mas como éstos eran el representante de todo el mundo, los gentiles también están incluídos en la redención (cap. 3:13). a fin de que recibiésemos la adopción—El griego da a entender la conveniencia de la cosa como hacía tiempo había sido predestinado por Dios. Para que lo “recibiésemos como algo predestinado y esperado”, (Lucas 23:41; Joel 1:8). En esto Dios hace de los hijos de los hombres hijos de Dios; asimismo como hizo del Hijo de Dios el Hijo del hombre. [Agustín, sobre el Salmo 52].

6. por cuanto sois hijos, Dios envió etc.—El don del Espíritu de la oración es la consecuencia de nuestra adopción. Los cristianos gálatas podrían pensar que, así como los judíos estaban bajo la ley antes de su adopción, así ellos también deberían estar primero bajo la ley. Pablo con anticipación contesta a este reparo, diciendo: “Vosotros sois hijos”, por lo tanto no necesitáis venir a ser como niños (v. 1) bajo la tutela de la ley, ya que estáis en estado libre de “hijos” de Dios por la fe en Cristo (cap. 3:26), no en vuestra minoridad (como “niños”, v. 1). El Espíritu del Hijo unigénito de Dios en vuestros corazones, enviado desde el Padre, e inspirándoos a vosotros a llamar al Padre comprueba que sois hijos de Dios por adopción; porque el Espíritu es las “arras de vuestra herencia” (Romanos 8:15; Efesios 1:13). “Es porque sois hijos que Dios envió (el griego requiere esta traducción, y no “ha enviado”) en nuestros (así leen los manuscritos más antiguos, en vez de “vuestros”) corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama “Abba, Padre” (Juan 1:12). Así como en el v. 5 el escritor cambió de “ellos”, la tercera persona, a “nosotros”, la primera persona, así también aquí cambia de “vosotros”, la segunda persona, a “nuestros”, la primera persona: Esto lo hace para identificar el caso de ellos como gentiles, con el suyo propio y el de sus compatriotas creyentes, como judíos. Desde otro punto de vista, aunque no el indicado por el contexto, este versículo expresa: “Por cuanto sois hijos (al haber sido elegidos por Dios, en su amor), Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones”, etc., es decir, Dios envía su Espíritu en su tiempo debido, confiriendo en realidad aquella filiación que él ya consideraba como un hecho presente, por cuanto estaba incluído en sus propósitos, aun antes de que éstos tuvieran su cumplimiento. Así Hebreos 2:13, donde se habla de “los hijos” como existentes en su propósito, antes de su existencia real. el Espíritu de su Hijo—Por fe sois uno con el Hijo, de suerte que lo que es de él, es vuestro; la filiación de él asegura la filiación vuestra; su Espíritu asegura para vosotros la participación del mismo. “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él” (Romanos 8:9). Además, así como el Espíritu de Dios procede de Dios el Padre, así el Espíritu del Hijo procede del Hijo; de modo que el Espíritu Santo, como dice el credo, “procede del Padre y del Hijo”. El Padre no fué engendrado; el Hijo es engendrado del Padre; por esto el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. el cual clama—Aquí el Espíritu es considerado como el agente en la oración, y el creyente como el órgano del Espíritu. En Romanos 8:15, se dice que es “el espíritu de adopción”, por lo cual clamamos, “Abba, Padre”: pero en Romanos 8:26, “el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos indecibles”. La oración del creyente es la oración del Espíritu, y de ahí surge su aceptabilidad con Dios. Abba, Padre—Los hebreos dicen, “Abba” (palabra hebrea), los griegos, “Padre” (“Pater”, palabra griega en el original), ambas unidas en una filiación y un grito de fe, “Abba, Padre”. Así también “Así sea (“Nai,” griego), Amén” (hebreo), ambos queriendo decir la misma cosa (Apocalipsis 1:7). La exclamación que antes pronunciara Cristo mismo, es la misma que ahora emite el creyente, “Abba, Padre” (Marco 14:36).

7. Así que—Conclusión sacada de los vv. 4-6. ya no eres [tú] más siervo—Individualizando y aplicando la verdad a cada uno. Tal apropiación individual de esta verdad consoladora concede Dios en respuesta a aquellos que cláman, “Abba, Padre”. sino hijo;… heredero de Dios por Cristo—Los manuscritos más antiguos leen, “heredero por Dios”. Esta expresión combina a favor del hombre toda la actividad de la Trinidad: el Padre envió a su Hijo y al Espíritu; el Hijo nos libertó de la ley; el Espíritu completó nuestra filiación. De manera que los redimidos son herederos por el Dios Trino, no por la ley, ni por la descendencia carnal [Windischmann en Alford] (cap. 3:18 confirma esto). heredero—confirmando cap. 3:29; véase Romanos 8:17.

8-11. Aquí el apóstol insta a los gálatas a que no se vuelvan atrás, dejando sus privilegios de hijos libres y sometiéndose nuevamente a la esclavitud legal. Antes, en otro tiempo—cuando erais “siervos” (v. 7). no conociendo a Dios—No es contrario a Romanos 1:21. Los paganos originalmente conocían a Dios, como dice Romanos 1:21, mas no querían tener a Dios en su conocimiento y así corrompieron la verdad original. Podrían haberle conocido hasta cierto punto por sus obras, pero no le conocían positivamente en relación con su eternidad, su poder como Creador y su santidad. servíais a los que … no son dioses—A los que no tienen una existencia, tal como les atribuyen sus adoradores, en la naturaleza de las cosas, sino sólo en la imaginación corrompida de sus adoradores (notas, 1 Corintios 8:4; 1 Corintios 10:19; 2 Crónicas 13:9). Vuestro “servicio” (“servirían”) fué una esclavitud diferente de la de los judíos, la cual fué un servicio verdadero. Sin embargo, el de ellos, como el vuestro, fué un yugo pesado; ¿cómo es entonces que deseáis tomar de nuevo el yugo después que Dios os lo ha quitado, a judíos y a gentiles, para que sirváis libremente?

9. ahora, habiendo conocido a Dios, o más bien, siendo conocidos de DiosEllos no conocieron y amaron a Dios primero, mas Dios en su amor electivo, primeramente los conoció y los amó como suyos, y por esto los atrajo al conocimiento salvador de él (Mateo 7:23; 1 Corintios 8:3; 2 Timoteo 2:19; compárese Éxodo 33:12, Éxodo 33:17; Juan 15:16; Filipenses 3:12). La gran gracia de Dios hacía que la caída de ellos fuese tanto más grave. ¿cómo os volvéis—expresando asombro indignado de que tal cosa fuese posible, y aun ocurriese en ellos (cap. 1:6). “¿Cómo es que os volvéis.. ?”, etc. a los flacos—sistemas judíos impotentes para justificar: en contraste con el poder justificador de la fe (cap. 3:24; véase Hebreos 7:18). y pobres—en contraste con las riquezas de la herencia de los creyentes en Cristo (Efesios 1:18). El estado del “niño” (v. 1) es débil porque no ha llegado al estado adulto; es “pobre” porque no ha recibido la herencia. rudimentos—Es como si un maestro de escuela volviese atrás a aprender el abecedario [Bengel] en los cuales queréis volver a servir—La palabra se repite en el original griego. “Queréis de nuevo, comenzar de nuevo a estar en servidumbre.” Aunque los gálatas, como gentiles, no habían estado bajo el yugo mosaico, sin embargo habían estado bajo “los rudimentos del mundo” (v. 3): título común para designar los sistemas judío y gentil igualmente, en contraste con el evangelio (aunque el sistema judío era superior al gentil). Ambos sistemas consistían en el culto externo, y se ajustaban a formas sensibles. Ambos estaban en servidumbre a los elementos de los sentidos, como si éstos pudieran dar la justificación y santificación que sólo puede otorgar el poder interior y espiritual de Dios.

10. Guardáis los días, y los meses—El guardar ciertos días como si esto fuese una obra meritoria, es ajeno al espíritu libre del cristianismo. Esto no es incompatible con la observancia del Día del Señor como obligación, aunque no como una obra meritoria (lo que fué el error judío y gentil en la observancia de los días), sino como un medio señalado por el Señor para llegar a un fin: la santidad. La vida entera pertenece al señor en la opinión evangélica, así como todo el mundo le pertenece, y no sólo los judíos. Pero así como en el Paraíso, así ahora se necesita una porción de tiempo para que el alma se retire de los asuntos seculares para acercarse a Dios (Colosenses 2:16). Los “sábados, nuevas lunas y solemnidades” (1 Crónicas 23:31; 2 Crónicas 31:3) corresponden a los “días, y los meses y los tiempos”. “Meses”, sin embargo, puede referirse al primero y séptimo meses, los que eran sagrados debido al número de fiestas que había en ellos. y los tiemposgriego, “sazones”, o “estaciones”, las de las tres grandes fiestas: la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. y los años—El año sabático se celebraba una vez cada siete años y correspondió al tiempo de la redacción de esta Epístola, año 48. [Bengel].

11. Temo de vosotros, etc.—Mi temor no es por causa de mí mismo, sino por vosotros.

12. sed como yo—“Así como yo, al vivir entre vosotros, he rechazado las costumbres judías, así hacedlo vosotros; porque yo he venido a ser como vosotros”, es decir, en la no observancia de ordenanzas legales. “El hecho de que yo las rechazo entre los gentiles, demuestra que las considero como de ninguna manera contribuyentes a la justificación o a la santificación. Consideradlas vosotros en la misma luz, y obrad en conformidad.” El que él observara la ley entre los judíos, no fué inconsecuente con esto, porque lo hacía sólo con el fin de ganarlos, sin comprometer principios. Por otra parte, los cristianos gálatas, adoptando las ordenanzas legales, daban a entender que las consideraban útiles para la salvación. Esto es lo que Pablo combate. ningún agravio me habéis hecho—es decir, en aquel período cuando por primera vez prediqué el evangelio entre vosotros, y cuando me hice tal como erais vosotros, es decir, viviendo como gentil y no como judío. Vosotros en aquella ocasión no me hicisteis ningún agravio; “Ni menospreciasteis mi tentación … en mi carne” (v. 14); sino que me recibisteis como a un ángel de Dios”. Entonces, en el v. 16, él pregunta: “¿Heme pues hecho, desde aquel tiempo, vuestro enemigo, diciéndoos la verdad?”

13. vosotros sabéis que por flaqueza … os anuncié el evangelio—Más bien, como en el griego, “Vosotros sabéis que por causa de una flaqueza en mi carne, os anuncié”, etc. Da a entender que una enfermedad corporal, habiéndole detenido entre ellos, contrariamente a su intención original, fué el motivo por el cual predicó allí el evangelio. al principiolit., “la vez anterior”: dando a entender que en el tiempo de escribir esta carta, él había estado dos veces en Galacia. Véase mi Introducción; también v. 16, y cap. 5:21, Notas. Su enfermedad fué probablemente la misma que le recurrió más violentamente después, y que él llama “un aguijón en la carne” (2 Corintios 12:7), la cual también fué usada por Dios para bien (2 Corintios 12:9), como la “flaqueza de carne” que se menciona aquí.

14. no desechasteis … mi tentación—Los manuscritos más antiguos leen, “vuestra tentación”. Mi enfermedad que fué, o habría podido ser, una “tentación”, o una prueba, a vosotros, no menospreciasteis, es decir, no fuisteis tentados por ella a despreciarme a mí y mi mensaje. Tal vez, sin embargo, es mejor puntuar y explicar como Lachmann, uniéndolo con el v. 13, “Y (sabéis) vuestra tentación (es decir, la tentación a la cual fuisteis expuestos debido a la flaqueza) que estaba en mi carne, no menospreciasteis (por amor propio natural), no rechazasteis (por orgullo espiritual); antes me recibisteis”, etc. “Tentación no quiere decir aquí, como solemos usar la palabra, una tendencia a un acto malvado, sino una prueba corporal”. como a un ángel de Dios—como a un mensajero inspirado por el cielo y enviado de Dios: “ángel” quiere decir mensajero (Malaquías 2:7). Véase la frase, 2 Samuel 19:27, frase hebrea y oriental por persona que ha de ser recibida con el mayor respeto (Malaquías 12:8). Un ángel está libre de la carne, la flaqueza y la tentación. como a Cristo—siendo el representante de Cristo (Mateo 10:40). Cristo es el Señor de los ángeles.

15. ¿Dónde está … vuestra bienaventuranza?—¿De qué valor fué vuestra felicitación (así el griego por “bienaventuranza”) al tenerme a mí entre vosotros, el mensajero del evangelio, si se considera cuán completamente habéis cambiado desde entonces? Antes os considerabais bienaventurados al ser favorecidos por mi ministerio. os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos—uno de los miembros más queridos del cuerpo—tan altamente me estimabais: frase proverbial que significa el sacrificio personal más grande (Mateo 5:29). Conybeare y Howson piensan que esta forma especial de proverbio fué usada en referencia a una debilidad en los ojos de Pablo, unida a un físico nervioso, tal vez causada por la brillantez de la visión descrita en Hechos 22:11; 2 Corintios 12:1. “Os habríais arrancado vuestros ojos para suplir la falta de los míos”. El poder divino de las palabras y obras de Pablo, en contraste con la debilidad de su persona (2 Corintios 10:10), al principio impresionó poderosamente a los gálatas, quienes tenían todo lo impulsivo de la raza céltica, de la cual descendieron. Subsiguientemente, pronto cambiaron de actitud debido a la veleidad que es también característica de los celtas.

16. Tradúzcase, “¿He venido, pues a ser vuestro enemigo, por deciros la verdad?” (cap. 2:5, 14). Es evidente que no granjeó la enemistad de ellos en su primera visita, y las palabras aquí dan a entender que después de entonces, y antes de escribir ahora, sucedió esto; de modo que la ocasión en que él les dijera la verdad desagradable, tendría que ser en su segunda visita (Hechos 18:23; véase mi Introducción). El insensato y el pecador odian al reprensor. Los justos aman la fiel reprensión (Salmo 141:5; Proverbios 9:8).

17. Tienen (ellos) celos de vosotros—vuestros aduladores; en contraste con Pablo mismo, quien les dice la verdad. El celo en el proselitismo fué característico especialmente de los judíos, y así también de los judaizantes (cap. 1:14; Mateo 23:15; Romanos 10:2). Por esto buscaban a los creyentes gálatas. pero no bien—no de manera buena, ni para buen fin. Ni el motivo que los impulsó a captarse vuestra simpatía, ni la manera, que usaron para hacerlo, fué lo que debería ser. antes os quieren echar fuera—“ellos quieren excluíros” del reino de Dios (es decir, ellos quieren convenceros de que vosotros como gentiles incircuncisos, estáis excluídos de él), “para que vosotros los celéis a ellos”, es decir, para que seáis circuncidados, como celosos seguidores de ellos. Alford explica que el deseo de los judaizantes era el de excluír a los gálatas de la comunidad cristiana general, y atraerlos como un grupo aislado al partido de ellos. Así se usa la palabra “exclusivo”.

18. Bueno es ser celosos en bien—más bien, corresponder a “cortejar celosamente” en v. 17, o “ser cortejados celosamente” No los critico a ellos porque tienen celos de vosotros”, (v. 17) ni a vosotros porque “los celéis a ellos” con tal que sea “en buena causa” (tradúzcase así), “es cosa buena” (1 Corintios 9:20). Mi motivo al decir que tenéis celos pero “no bien” (v. 17), es que ellos no os celan por una causa buena. siempreTradúzcase y arréglese el orden de las palabras así: “Siempre, y no solamente cuando yo estoy presente con vosotros”. No deseo tener yo exclusivamente el privilegio de celaros. Otros pueden hacerlo en mi ausencia con la plena aprobación mía, con tal de que sea con buenos propósitos y Cristo sea predicado fielmente (Filipenses 1:15).

19. Hijitos míos—(1 Timoteo 1:18; 2 Timoteo 2:1; 1 Juan 2:1, Joel 2:1). Mi relación con vosotros no es meramente la de un celoso vigilante vuestro (vv. 17, 18), sino la de un padre para con sus hijos (1 Corintios 4:15). vuelvo … a estar—la segunda vez. La primera vez fué cuando yo estaba “presente con vosotros” (v. 18; véase Nota, v. 13). de parto—como madre sufriendo dolores hasta el nacimiento de su hijo. hasta que Cristo sea formado en vosotros—Para que viváis nada más que la vida de Cristo; no penséis en nada más que en Cristo (cap. 2:20), ni os jactéis en nada más que en Cristo, su resurrección y justicia (Filipenses 3:8; Colosenses 1:27).

20. Si permitieran las circunstancias (lo que éstas no permiten), gozoso estaría con vosotros. [M. Stuart]. Querría … estar ahora con vosotros—como estuve ya dos veces. Hablar cara a cara es tanto más eficaz para la persuasión cariñosa que escribir una carta (Joel 1:12; 3 Juan 1:13, Joel 1:13, 3 Juan 1:14, Joel 1:14). y mudar mi voz—como una madre (v. 19): adaptando mi tono de voz a lo que yo personalmente viera que vuestro caso necesitara. Esto es posible para uno que está presente, pero no lo es para el que está escribiendo. [Grocio y Estio]. estoy perplejo en cuanto a vosotros—No sé cómo tratar con vosotros, qué clase de palabras usar, suaves o severas, para volver a traeros a la senda recta.

21. los que queréis estar debajo de la ley—de vuestra propia voluntad, practicando celosamente aquello que os tendrá que condenar y arruinar. ¿no habéis oído la ley?—Más bien, en tiempo presente: “¿no estáis escuchando la ley?” ¿No consideráis el sentido místico de las palabras de Moisés? [Grocio]. La ley misma os aparta de sí para acercaros a Cristo. [Estio]. Después de haber mantenido su posición por medio de argumentos, la confirma e ilustra por medio de una exposición alegórica inspirada de hechos históricos que tienen en sí leyes y tipos generales. Tal vez su motivo para usar la alegoría fué el de confutar a los judaizantes usando sus propias armas. Las interpretaciones sutiles, místicas, alegóricas, no autorizadas por el Espíritu, eran sus argumentos favoritos, como los de los rabinos en las sinagogas. Véase el Talmud de Jerusalén, Tractatu Succa, cap. Hechalil. Pablo los refuta con una exposición alegórica que no era obra de la fantasía, sino una exposición sancionada por el Espíritu Santo. La historia, si es entendida correctamente, contiene en sus fenómenos complicados, leyes divinas sencillas que continuamente se repiten. La historia del pueblo escogido, así como sus ordenanzas legales, tenía, además de su sentido literal, un sentido típico (comp. 1 Corintios 10:1; 1 Corintios 15:45, 1 Corintios 15:47; Apocalipsis 11:8). Así como Isaac, que nació de manera extraordinaria como un don de gracia según la promesa, suplantó, fuera de todos los cálculos humanos, a Ismael que nació naturalmente, así la nueva raza teocrática, la simiente espiritual de Abrahán según la promesa (creyentes gentiles como también judíos), estaban por tomar el lugar de la simiente natural, la cual se había imaginado que exclusivamente a ella pertenecía el reino de Dios.

22. (Génesis 16:3; Génesis 21:2). Abraham—de quien queréis ser hijos (véase Romanos 9:7).

23. tuvo dos hijos:.. el de la sierva … según la carne:.. el de la libre … por la promesa—Ismael, nacido según el curso usual de la naturaleza, en contraste con Isaac, quien nació “por virtud de la promesa” (así el griego) como la causa eficiente para que Sara concibiera fuera del curso de la naturaleza (Romanos 4:19). Abrahán había de desechar toda confianza en la carne (según la cual nació Ismael), y de vivir sólo por fe en la promesa (según la cual nació milagrosamente Isaac, contrariamente a todos los cálculos de la carne y sangre).

24. Las cuales cosas son dichas por alegoría—Más bien, “son alegóricas”, es decir, tienen un sentido además del sentido literal. estas mujeres son [significan] los dos pactos—Omítase “los”, según los manuscritos más antiguos. Como entre los judiós la esclavitud de la madre determinaba la del hijo, los hijos del pacto libre de la promesa, que corresponde a los de Sara, son libres; los hijos del pacto de servidumbre no lo son. el uno ciertamente del monte Sinaí—Es decir, tomó su origen en el monte Sinaí. Aquí, según parece, el apóstol está tratando de la ley moral (cap. 3:19) principalmente (Hebreos 12:18). Pablo conocía el distrito de Sinaí en Arabia (cap. 1:17), habiendo ido allá después de su conversión. En el sombrío escenario de la entrega de la Ley, él aprendió a apreciar, por contraste, la gracia del evangelio, y así a desechar todas sus dependencias legales pasadas. el cual engendró para servidumbre—Es decir, dando a luz hijos para que fuesen esclavos. Véase la frase “hijos … del pacto que Dios concertó … diciendo a Abraham”. (Hechos 3:25).

25. Tradúzcase: “Porque (esta palabra) Agar (Hagar) es (corresponde a) el monte Sinaí en Arabia” (entre los árabes, en la lengua árabe). Así explica Crisóstomo. Haraut, el viajero, dice que hasta hoy los árabes llaman a Sinaí, “Hadschar”, es decir, Hagar, que quiere decir roca o piedra. Agar huyó dos veces al desierto de Arabia (Génesis caps. 16 y 21); de ella el monte y la ciudad tomaron su nombre, y los habitantes se llamaban “hagarenes”. Sinaí, con sus rocas escarpadas, lejos de la tierra prometida, fué bien propio para representar la ley, que inspira terror, y el espíritu de servidumbre. Sinaí … es conjunto a—El traductor de nuestra versión española ha errado aquí. Lit., “está en el mismo nivel”; es decir, “corresponde a” la que ahora es Jerusalem—a la Jerusalén actual y terrenal; la Jerusalén de los judíos, la cual sólo tiene una existencia temporal, en contraste con la Jerusalén espiritual del evangelio, la cual en germen, y en la forma de una promesa, existía siglos antes, y existirá para siempre en los siglos venideros. la cual sirve con sus hijos—Los manuscritos más antiguos leen: “Porque sirve (como esclava) con sus hijos”. Así como Agar servía como esclava a su señora Sara, así la Jerusalén que ahora es, sirve a la ley y también a los romanos: estando su estado civil en conformidad con su estado espiritual. [Bengel].

26. Este versículo está en lugar de la frase que deberíamos esperar, al continuar lo que se dice en el v. 24: “estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí,… que es Agar”. La frase sería: El otro pacto del monte celestial, que es (corresponde en la alegoría a) Sara. la Jerusalem de arribaHebreos 12:22 dice: “Jerusalén la celestial”. “La nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios” (Apocalipsis 3:12; Apocalipsis 21:2). Aquí “la teocracia mesiánica, que antes de la segunda aparición de Cristo es la iglesia y después de su venida, será el reino glorioso de Cristo”. [Meyer]. libre—como lo fué Sara, en contraste con Agar “la cual sirve” (v. 25). madre de todos nosotros—El término “todos” es omitido en muchos de los manuscritos más antiguos, pero es apoyado por algunos. “Madre de nosotros” los creyentes, quienes ya somos miembros de la iglesia invisible, la Jerusalén celestial, que ha de ser manifestada después. (Hebreos 12:22).

27. (Isaías 54:1). Alégrate, estéril—Aquí se hace referencia a la Jerusalén de arriba: la iglesia espiritual del evangelio, el fruto de “la promesa”, correspondiendo a Sara, quien dió a luz no “según la carne”; en contraste con la ley, que corresponde a Agar, y que fué fecunda en el curso ordinario de la naturaleza. Isaías habla en primer lugar de la restauración de Israel después de sus calamidades de largo tiempo; pero su lenguaje es preparado por el Espíritu Santo para alcanzar más allá de ésta al Sión espiritual: la que incluiría no sólo a los judíos, descendientes naturales de Abrahán e hijos de la ley, sino también a los gentiles. Se considera a la Jerusalén espiritual como “estéril”, mientras que estaba bajo la ley, trababa a Israel, porque ella no tenía hijos espirituales de entre los gentiles. prorrumpe—en clamores clama—grita con gozo. más son los hijos de la dejadaTradúzcase como el griego: “Muchos son los hijos de la dejada (la iglesia del Nuevo Testamento, compuesta en mayor parte de gentiles, los que por un tiempo no tenían la promesa, y no tenían a Dios como su esposo); más que de la que tiene marido” (la iglesia judía, que tenía a Dios por esposo, Isaías 54:5; Jeremias 2:2). Aunque eran numerosos los hijos del pacto legal, los del pacto evangélico son ahora más numerosos.

28. nosotros—Los manuscritos más antiguos están divididos entre “nosotros” y “vosotros”. “Nosotros” concuerda mejor con el v. 26, “Madre de nosotros”. somos hijos de la promesa—No somos hijos según la carne, sino hijos por la promesa. (vv. 23, 29, 31). “Nosotros lo somos”, y nuestro deseo debería ser el continuar siéndolo.

29. el que era engendrado según la carne, perseguía—Ismael “se burlaba” de Isaac, lo que contenía el germen y el espíritu de la persecución (Génesis 21:9). Su burla probablemente fué dirigida contra la piedad de Isaac y su fe en las promesas de Dios. Siendo el mayor por nacimiento natural, arrogantemente se enorgullecía sobre el que nació por la promesa; así como Caín aborrecía la piedad de Abel. al … nacido según el Espíritu—Aunque se refiere primeramente a Isaac, quien nació de una manera espiritual (es decir, por la promesa de parte de Dios, emitida por su Espíritu eficiente, la cual estaba en contra del curso normal de la naturaleza, al hacer fructífera a Sara en el tiempo de su vejez, el lenguaje está formulado especialmente para referirse a los creyentes justificados por la gracia evangélica al través de la fe, en oposición a los hombres carnales, judaizantes y legalistas. así también ahora—(cap. 5:11; 6:12, 17; Hechos 9:29; Hechos 13:45, Hechos 13:49; Hechos 14:1, Hechos 14:19; Hechos 17:5, Hechos 17:13; Hechos 18:5). Los judíos perseguían a Pablo no porque predicara el cristianismo en oposición al paganismo sino porque lo predicaba como distinto del judaísmo. Con excepción de dos casos, en Filipos y en Efeso (donde los asaltantes estaban pecuniariamente interesados en su expulsión), Pablo nunca fué atacado por los gentiles, a menos que éstos fuesen primeramente excitados por los judíos. La coincidencia entre las Epístolas de Pablo y la historia de Lucas (Los Hechos) en este particular, es claramente natural, y así una prueba de que tanto aquéllas como ésta son genuinas (véase Paley, Horae Paulinae).

30. Mas ¿qué dice la Escritura?—Aquí se refiere a Génesis 21:10, Génesis 21:12, donde las palabras de Sara son: “El hijo de la sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.” Pero lo que allí fué dicho literalmente, aquí por inspiración es expresado en su sentido alegórico espiritual, refiriéndose al creyente del Nuevo Testamento, que corresponde al “hijo de la libre”. En Juan 8:35, Jesús se refiere a esto. Echa fuera a la sierva y a su hijo—de la casa y de la herencia; literalmente, Ismael; espiritualmente, los carnales y legalistas. no será heredero—El griego es más fuerte, “no deberá ser heredero” o “no deberá heredar”,

31. De manera que—Los manuscritos más antiguos leen, “Por lo tanto”. Esta es la conclusión sacada de lo que antecede. no somos hijos de la sierva, mas de la libre—En los caps. 3:29 y 4:7, se estableció que nosotros, los creyentes del Nuevo Testamento somos “herederos”. Entonces si somos herederos, “no somos hijos de la sierva (cuyo hijo, según las Escrituras, “no había de ser heredero”, v. 30), sino de la libre” (cuyo hijo, según las Escrituras, había de ser el heredero). Porque no somos “echados fuera”, como Ismael, sino aceptados como hijos y herederos.

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