Hechos 2:41

Sermón pentecostal de San Pedro

Considere los varios puntos señalados en el texto, que muestran el resultado del sermón de San Pedro.

I. En primer lugar, las personas que habían sido bautizadas y así incorporadas a la Iglesia, permanecieron en la doctrina y la comunión de los Apóstoles; es decir, se unieron a su compañía, escucharon sus enseñanzas y actuaron en consecuencia; no se avergonzaban de confesar que pertenecían a la nueva sociedad que poseía un Maestro crucificado, y no deseaban simplemente adoptar un nuevo nombre, y no sólo mostrar con su conducta que su nombre de pila era una realidad.

Como regla general, está claro que el efecto de la conversión que produjo el sermón de San Pedro fue verdadero y vital; aunque hubo algunos que deshonraron su profesión, sin embargo, como regla general, la profesión que se hizo bajo la influencia de las palabras de San Pedro fue plenamente confirmada por la vida de los conversos.

II. Otro punto mencionado con respecto a los conversos es que permanecieron firmes en la fracción del pan; esta frase tiene en el Nuevo Testamento un significado peculiar, y generalmente significa lo que sin duda significa en este caso, a saber, la celebración del sacramento de la Cena del Señor. Y los conversos se mantuvieron firmes en la participación de la Sagrada Comunión. En nuestros días, no es nada extraordinario que un cristiano escuche un sermón y, sin embargo, se abstenga de partir el pan; la gente piensa que escuchar un sermón no los compromete en nada, que el partimiento del pan sí; que uno es divertido y el otro ciertamente espantoso. ¿Qué prueba esto sino que el corazón está envuelto en impenetrables pliegues de mundanalidad, o autosatisfacción o seguridad carnal?

III. Por último, los que fueron convertidos por el discurso de San Pedro se mantuvieron firmes en la oración. Este fue el fruto apropiado de un sermón. El sermón es apreciado con razón, es manifiestamente bendecido por el Espíritu Santo, cuando lleva a las personas a valorar y unirse de corazón a las oraciones de la Iglesia. Las oraciones no son una mera introducción a la predicación, sino que la predicación tiene la intención de hacer que la gente ore.

Obispo Harvey Goodwin, Sermones parroquiales, tercera serie, pág. 242.

Referencias: Hechos 2:41 . Homiletic Quarterly, vol. iii., pág. 454; RDB Rawnsley, Village Sermons, tercera serie, pág. 166. Hechos 2:41 . C. Stanford, Contemporary Pulpit, vol. v., pág. 180. Hechos 2:42 .

WM Arthur, Christian World Pulpit, vol. xiv., pág. 91; S. Pearson, ibíd., Pág. 210; E. Johnson, Ibíd., Vol. xxix., pág. 387; CJ Vaughan, Iglesia de los primeros días, vol. i., pág. 73; J. Irons, Thursday Penny Pulpit, vol. xiii., pág. 41. Hechos 2:42 ; Hechos 2:43 .

Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. i., pág. 295. Hechos 2:44 ; Hechos 2:45 . J. Dawson, The Authentic Gospel, pág. 114; Púlpito de la Iglesia de Inglaterra, vol. xvii., pág. 69.

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