Mateo 10:37

No debe suponerse ni por un momento que Cristo hable en desprestigio de los afectos domésticos. Es una cuestión de prioridad, es una cuestión de grado. ¿Quién tiene el primero, quién tiene el derecho principal? ¿Es el reclamo de la familia o el reclamo de Cristo más fuerte? Este y pasajes como este no dejan lugar a dudas sobre la respuesta. Sin duda, Jesucristo mismo sabe lo que es, y cuáles son sus afirmaciones, y lo que es el discipulado cristiano.

El Señor conoce a los que son Suyos, y los conoce por esto, que lo aman, al menos tal es su deseo y su empeño. Él primero, Él más, Él sin fin. Esa es la esencia interna del discipulado cristiano.

I. Aquí están los hijos de una familia, resucitando; ¿Qué deben desear los padres para ellos de manera suprema? La respuesta común sería "éxito". Pero, ¿qué es el éxito? ¿No deberían los padres cristianos que aman a Cristo supremamente ser fuertes en la idea y creencia de que el éxito del más alto nivel es absolutamente alcanzable por todos, si así lo desea? ¿Y no deberían dar esa idea a sus hijos y crear esa fe en sus corazones, en la medida de lo posible? El carácter elevado es el éxito. Tener buenas intenciones; apuntar correctamente; esforzarse de manera justa; y luego tomar lo que viene, ¿no es ese éxito, al menos comenzado?

II. Los padres pueden mostrar una tendencia a amar a su hijo o hija más que a Cristo al oponerse o resistirse en la medida de lo posible a la disciplina de la Providencia, que se ejerce sobre ellos como resultado de sus propios errores, fracasos y pecados.

III. A veces llega, en estos hogares y familias humanas, una prueba aún más profunda de amor y lealtad a Cristo. Se necesita un hijo o una hija en el otro mundo; el mensaje llega y debe ser obedecido. Renunciar a tanto que es precioso, hacer que la casa se oscurezca, no es fácil. Para algunos es imposible durante un tiempo. Pero Cristo lleva consigo a sus hijos; y luego, cuando todo haya terminado, si no antes, sus fieles se someten sin murmurar a su voluntad, y comienzan a animarse y fortalecerse con este pensamiento, que se aplicará a ellos dentro de mucho tiempo, que partir y estar con Cristo es mucho mejor.

A. Raleigh, The Way to the City, pág. 340.

Referencias: Mateo 10:37 . G. Brooks, Outlines of Sermons, pág. 34; Revista homilética, vol. VIP. 321; CC Bartholomew, Sermones principalmente prácticos, pág. 53; JC Hare, Sermones en la iglesia de Herstmonceux, vol. ii., pág. 301. Mateo 10:37 .

A. Scott, Christian World Pulpit, vol. xvii., pág. 277. Mateo 10:38 . Spurgeon, My Sermon Notes: Gospels and Hechos, pág. 33. Mateo 10:38 ; Mateo 10:39 . T. Birkett Dover, Manual de Cuaresma, pág. 95.

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