Mateo 11:28

No se sabe si en estas maravillosas palabras predomina la ternura o la majestad, en ellas se expresa una penetración divina en la verdadera condición del hombre y una piedad divina. Jesús mira con clara compasión la historia más íntima de todos los corazones y ve el trabajo y el dolor que pesan sobre cada alma. Y no menos notable es la conciencia divina del poder de socorrer y ayudar que habla en ellos.

I. Considere la doble designación aquí de las personas a las que se dirige. "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados". Una palabra expresa esfuerzo y trabajo, la otra una carga y resistencia. Uno habla del lado activo, el otro del lado pasivo de la miseria y el mal humanos. El trabajo es un trabajo desagradable en sí mismo o que está más allá de nuestras facultades. Tal trabajo, en algún momento u otro, más o menos, tarde o temprano, es el destino de todo hombre.

Todo trabajo se convierte en trabajo, y todo trabajo, en algún momento u otro, se convierte en trabajo. El trabajo es una maldición; el trabajo es una bendición. Pero todo nuestro trabajo se convierte en fatiga; y la invitación, "Venid a mí todos los que trabajáis", llega hasta el límite más extremo de la humanidad e incluye a cada alma.

II. Mire la doble invitación que está aquí. "Venid a mí" "Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí". En estas palabras, que llegan tan familiarmente a la mayor parte de nuestros recuerdos que casi han dejado de presentar significados agudos, no sólo está la llamada misericordiosa al acto inicial, sino la descripción de la vida continua de la que ese acto es la introducción.

III. Mire, por último, la doble promesa que está aquí. "Voy a dar a descansar" "Seréis encontrar reposo". Hay descanso en venir a Cristo; el resto de una conciencia tranquila, que ya no roe; el resto de una amistad y unión consciente con Dios, en quien solo está el hogar, el refugio y el reposo de nuestra alma; el resto de miedos disipados; el resto del perdón recibido en el corazón. Hay reposo en la fe. El mismo acto de confianza es reposo. Hay un descanso adicional en la obediencia, y de manera enfática y muy bendita hay un descanso en la semejanza a Cristo.

A. Maclaren, Christian Commonwealth, 1 de abril de 1886.

Referencias: Mateo 11:28 ; Mateo 11:29 . AB Bruce, Expositor, primera serie, vol. VIP. 142; WJ Knox-Little, Características de la vida cristiana, pág. 223.

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