Salmo 19:12

I. La primera oración, "Límpiame de las faltas secretas", surge naturalmente de la queja "¿Quién puede entender sus errores?" En nuestra naturaleza hay gérmenes del mal que nunca pueden estimarse ni contarse. Puedes rastrear y rastrear el pecado en sus manifestaciones externas, puedes alcanzarlo internamente en sus voliciones o movimientos de elección voluntaria, pero aún más profundamente asentado está el misterio de la iniquidad en el hombre interior.

II. En el ejercicio espiritual de su alma sobre la ley de Jehová, encontrará faltas secretas que bordean la región de los pecados presuntuosos. Estos son actos de la voluntad, ya que los primeros son faltas de la naturaleza. La oración implica una comprensión viva y aguda de nuestra responsabilidad por tales pecados.

III. "Que no se enseñoreen de mí". Existe la posibilidad de una triste tendencia a la baja indicada aquí. Cualquier lujuria natural, si la voluntad lo consiente un poco y un poco, se convierte en un tirano cuyo yugo es realmente difícil de sacudir. Adquiere y ejerce el severo dominio del hábito.

IV. "Entonces estaré recto". Si sigue el rumbo desaprobado en las peticiones anteriores, debe dejar de ser recto.

V. Todavía hay un desastre más que teme el hombre espiritual. Está consciente del terrible riesgo y peligro de la "gran transgresión". Tomo esta expresión para denotar el pecado imperdonable, el pecado contra el Espíritu Santo que nunca podrá ser perdonado.

VI. En las palabras finales, el salmista ora general y universalmente para que siempre y en todas partes las palabras de su boca y la meditación de su corazón sean las que Dios acepta.

RS Candlish, El evangelio del perdón, p. 164.

Referencias: Salmo 19:12 . Spurgeon, Sermons, vol. vi., núm. 299; Ibíd., Vol. iii., núm. 116; J. Jackson, Arrepentimiento: su necesidad, naturaleza y uso, pág. 78; H. Thompson, Concionalia: Esquemas para uso parroquial, primera serie, vol. i., pág. 111; J. Caird, Sermones, pág. 40; JM Wilson, Sermones en la capilla de Clifton College, pág.

60. Salmo 19:13 . Spurgeon, Evening by Evening, pág. 76. Salmo 19:13 ; Salmo 19:14 . J. Keble, Sermones para el año cristiano: Cuaresma para Passiontide, p.

95. Salmo 19:14 . Preacher's Monthly, vol. iii., pág. 287. Salmo 19 A. Maclaren, Life of David, pág. 24; J. Oswald Dykes, Expositor, primera serie, vol. ix., pág. 42; P. Thompson, Ibíd., Segunda serie, vol. i., pág. 170; Williams, Los Salmos interpretados de Cristo, p. 361.

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